Las cadenas de suministro desenredadas parecen ayudar a aliviar la inflación de bienes

La pandemia mundial y la invasión rusa de Ucrania contribuyeron a un período prolongado de interrupciones en la cadena de suministro que coincidió con altas presiones de precios concentradas en los sectores de bienes. A medida que las cadenas de suministro globales se han recuperado gradualmente de la era de la pandemia y las interrupciones del mercado de productos básicos, ha habido un claro enfriamiento en las presiones inflacionarias sobre los bienes básicos, incluso cuando todavía tenemos trabajo por hacer en la inflación general. Esta publicación de blog explora más a fondo estos desarrollos recientes.

El inicio de la pandemia a principios de 2020 provocó un gran impacto negativo tanto en la oferta como en la demanda. En la lucha por la distancia social, los productores redujeron la producción mientras que, al mismo tiempo, los consumidores redujeron el gasto, especialmente en servicios, lo que dio lugar a la profunda recesión inducida por la pandemia. Gracias en parte a los ahorros derivados de este gasto perdido, así como al fuerte apoyo fiscal, la demanda agregada se recuperó rápidamente, pero el shock de la oferta persistió. Las cadenas de suministro globales, que dependen del buen funcionamiento de los proveedores, productores y transportistas en muchos países, se vieron particularmente afectadas por los bloqueos internacionales continuos y otros problemas relacionados con COVID.

La Figura 1 representa la proporción de encuestados en la Encuesta de Manufactura del Instituto de Gestión de Abastecimiento que informan tiempos de entrega más lentos en comparación con el mes anterior (eje izquierdo) y el Índice de Presión de la Cadena de Suministro Global del Banco de la Reserva Federal de Nueva York (eje derecho), una serie compuesta que incorpora la encuesta ISM y el índice HARPEX de costes de envío. La serie de la Encuesta ISM alcanzó un máximo histórico en mayo de 2021 y se mantuvo por encima de su promedio previo a la pandemia desde enero de 2020 hasta septiembre de 2022, una duración récord. En una fuerte señal de normalización de la cadena de suministro, la medida de la Encuesta ISM se ha mantenido por debajo de su promedio previo a la pandemia desde diciembre de 2022.

La Figura 2 traza el promedio móvil de 12 meses de los encuestados de ISM que informan tiempos de entrega más lentos frente al cambio de 12 meses en el índice de precios PCE para bienes básicos. Las dos series suelen tener una correlación débil, pero su correlación salta a 0,9 cuando la muestra se restringe a los últimos cinco años y la medida del ISM tiene un rezago de seis meses. Los índices de precios de gastos de consumo personal (PCE) año tras año para alimentos, energía y bienes en general han estado disminuyendo desde su punto máximo en el verano de 2022.

Las medidas de la cadena de suministro tienden a estar aún más correlacionadas con los índices de precios que capturan los precios de los insumos, como el Índice de Precios al Productor (IPP) para bienes básicos intermedios. El informe PPI más reciente muestra que los precios en muchas categorías se están moderando, incluidos varios meses de crecimiento de precios bajo o negativo en varios índices de precios de bienes, como alimentos y transporte. Aunque un mes de datos puede ser ruidoso y la inflación general sigue siendo elevada en relación con los niveles previos a la pandemia, las disminuciones observadas en muchas medidas diferentes de inflación de bienes son un desarrollo positivo para los consumidores. Además, si bien la correlación no es causalidad, la alta correlación entre el PPI y las presiones de la cadena de suministro sugiere que la relajación que estamos viendo en las cadenas de suministro puede continuar apareciendo en las medidas de inflación.

Debido a que las medidas de la cadena de suministro reflejan el flujo de bienes, están menos correlacionadas con el componente de servicios de la inflación. Por ejemplo, la inflación en los servicios básicos no relacionados con la vivienda PCE se ha mantenido elevada en los últimos meses y es poco probable que se resuelva solo reduciendo las fricciones en la cadena de suministro. Pero a medida que las cadenas de suministro se han normalizado, la inflación de los bienes también ha tendido a la baja, lo que ayuda a proporcionar un respiro muy necesario para los consumidores estadounidenses.